El icono está compuesto como una cruz en la cual Cristo es el centro. Un plano vertical cuya parte central recuerda el paso de las "aguas inferiores" (Génesis) al mundo de los cielos, representado en la cumbre por el esbozo de una esfera azul zafiro (Éxodo. 24,10) de dónde desciende un rayo de la luz de Dios. Un movimiento horizontal en el cual el Cristo, viniendo del mundo celestial representado por los tres ángeles, desciende en las aguas del Jordán y se dirige hacia el mundo humano personificado por san Juan Bautista, último profeta de la antigua Alianza.
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